Mindfulness para niños de 7 a 12 años
¿Les darías un café a tus hijos para tranquilizarlos?
De pequeña, para que me calmara, me daban una galleta o un dulce… Me apuesto a que a ti también. Nuestros padres no sabían que el azúcar es una bomba para el organismo, sobre todo para un cuerpo tan pequeño. Ni te cuento el efecto que tiene el chocolate…
Ahora, a los niños se les da una pantalla para que se queden quietos.
Quizás parece que no pasa nada, pero tanto el azúcar, el chocolate como las pantallas tienen en el cuerpo de los peques un efecto parecido al de un expreso, no sé si italiano o de otra nacionalidad, pero les pone a cien (sin mencionar el efecto nocivo de las pantallas en el desarrollo del neocórtex).
¿Has conseguido alguna vez tranquilizarte tomando un café? Yo no…
Excepto si lo tomo con amigas, charlamos y nos reímos, pero en este caso el efecto relajante me parece que no viene del café en sí.
Volviendo a tu hija o tu hijo, quizás te das cuenta de que le está costando concentrarse en sus deberes o en una tarea, no consigue poner atención en lo que hace, no para de moverse, y le dices frases como:
– ¡Concéntrate!
– ¡Quédate quieto!
Pero parece que no te hace caso, sigue moviéndose, hasta te da la sensación de que te toma el pelo. Y eso irrita, ¿verdad? Sabes que en este momento va bien hacer una respiración profunda para calmarte, pero sigues sin saber qué hacer por tu peque…
Piensas en sus resultados escolares, en su futuro, y te desesperas.
¡Ojalá existiera una herramienta, una manera, un… algo, que pueda ayudar a mi hijo, mi hija, a tranquilizarse y centrarse!
Creo que te va a reconfortar saber que si se les enseña a los niños a apreciar la calma, ¡les encanta!
Sonia solía enfadarse a menudo, y cogía unos enfados potentes. Al poco tiempo de empezar las sesiones conmigo, le empezaron a gustar mucho la meditación y la relajación. Y poco a poco, cuando sentía que se iba a enfadar, se retiraba a su cuarto diciendo a sus padres que se iba a meditar. Ellos no daban crédito…
Un día, Sonia se fue a la playa con su familia. En un momento, ella dijo a sus padres que se iba a meditar: se alejó, se sentó en la arena, puso sus manitas en sus rodillas, colocó su espalda recta, cerró los ojos y se quedó allí un buen rato, con una ligera sonrisa en los labios y su pelo rubio flotando con la brisa marina. Sus padres le sacaron una foto, que me enviaron acompañada con unas palabras de agradecimiento.
La tengo delante mientras escribo.
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¿Cómo se consigue esto?
De varias maneras, una de ellas con el Mindfulness.
Es probable que hayas oído hablar de ello, esta palabra está de moda.
¿De qué se trata exactamente?
El Mindfulness se suele traducir como “meditación de atención plena”. Son dinámicas que conllevan movimiento, contemplación, meditación y el “darse cuenta”. Son propias de las culturas orientales, y han sido adaptadas a nuestro estilo de vida occidental y urbanita.
El objetivo: reducir la ansiedad, el estrés y sus efectos, sentir más bienestar, vivir de manera plena, focalizar la atención sin tensión, estar más presentes y atentos.
Justo lo que necesitamos para nuestros hijos, ¿verdad?
El creador del Mindfulness es americano. Se llama Jon Kabat-Zinn. Y como suelen hacer los americanos, ha hecho toda una serie de estudios científicos para demostrar la eficacia de un programa de 8 semanas en todo tipo de personas. O sea que está más que comprobado que funciona.
Luego, algunos profesionales han adaptado este programa a los niños y los adolescentes. Es el caso de la psicóloga francesa Jeanne Siaud-Facchin, con quien me formé.
Propongo varios programas al año en Figueres. Cada uno dura en total 8 semanas, o sea 2 meses, con sesiones semanales de 1h30 de duración cada una.
Las sesiones tienen lugar en el Espai Obert Empordà, en una sala con suelo de madera y lo bastante grande como para poder movernos a nuestras anchas. Los gruesos cojines nos acogen para los momentos de calma, las charlas, las meditaciones, el descanso.
Una madre me comentó que, después de que su hija haya seguido un programa de Mindfulness conmigo, estaban teniendo una de sus discusiones de siempre, cuando la niña la miró y le dijo “Mamá, ahora estás reaccionando. Y haciendo lo mismo de siempre. Deberías hacer Mindfulness, estarías más tranquila”.
Si estás dispuesta a que tus hijos te digan esto, contacta conmigo.
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Entiendo que, antes de confiarme tus hijos, quieras conocerme.
Antes de empezar cada programa, doy una charla en el Espai Obert. Allí, podremos vernos en persona y podrás hacerme todas las preguntas que quieras. De paso, podrás ver la sala donde haremos las sesiones, y quizás nos tomaremos un café, de estos que tranquilizan…
Y también así te podré conocer. Para mí es importante porque no todas las familias conectan con este trabajo y tienen ganas de implicarse.
Llegados a este punto, te tengo que advertir de dos cosas: la primera es que este programa conlleva prácticas (¡no son deberes!) en casa. Para que funcione de manera óptima, es importante que las hagas junto con tus peques. Además, se sentirán acompañados y alentados.
Así que toda la familia estará involucrada a vivir de manera más consciente.
Estas prácticas pueden incluir micro pausas durante el día para respirar y observar lo que sentimos, comer con consciencia plena, escuchar los audios de las meditaciones, capturar momentos cotidianos de felicidad en el cuaderno de prácticas.
La segunda es que al inicio, puede parecer apremiante “añadir” más cosas a una rutina ya muy llena… Con la práctica, te darás cuenta de que en realidad estas prácticas os van a generar, a ti y a tu peque, un espacio interno desde donde actuar con más calma.
Para saber más sobre el Mindfulness y comprobar si es lo que necesita realmente tu hija, tu hijo, te invito a leer las preguntas que me suelen hacer otras madres, otros padres, y mis respuestas.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son los beneficios del Mindfulness para los niños?
De manera general, les ayuda a progresivamente sentir y apreciar la calma, integrar la paciencia y notar su propia fuerza, desarrollar la capacidad de concentración, saber contar con sus propios recursos, mejorar la confianza en sí mismos y en la vida, desarrollar sus competencias emocionales, mejorar su autoestima y sentirse bien consigo mismo y con los demás.
¿Este taller ayudará a mi hijo/hija con sus emociones?
Por “desarrollar sus competencias emocionales”, me refiero a que este programa ayuda a los niños a tomar contacto con sus emociones, a reconocerlas y sentirlas plenamente. Y poco a poco aprenden a regularlas. No se trata aquí de “gestionar las emociones” o, peor, de “controlar las emociones”. Enseño a los niños a sentirlas, a no juzgarlas ni clasificarlas en “positivas” y “negativas”, a entrar en ellas y a partir de allí a transformarlas.
Para ello utilizo una técnica que estudié en el Instituto Carl Rogers de Barcelona y me pareció fascinante: el focusing. ¡Con los niños funciona de maravilla!
¿Le servirá para mejorar en sus estudios?
También hay muchos niños que, antes de un examen escolar, se estresan. Uno de los efectos del estrés a nivel cerebral es que bloquea el acceso a nuestros recursos. Y parece que no nos acordemos para nada de lo que hemos estudiado. ¿Te suena familiar?
Me pasaba en la universidad para las pruebas orales, me ponía nerviosa, y al terminar el examen, salía a la calle, me relajaba y me venía a la mente todo lo que hubiera podido decir…
Una técnica sencilla de respiración y atención plena permite a los niños centrarse y evacuar este estrés. Así pueden acceder a sus recursos internos y a lo que han aprendido, y mejorar entonces su rendimiento escolar.
¿Qué se hace en las sesiones de Mindfulness?
Las 8 sesiones han sido diseñadas para que los niños tomen progresivamente conciencia de lo que es el estrés, de sus efectos en el cuerpo, y de su capacidad de concentración, así como de los automatismos y del torbellino de la mente, para sustituirlos por pensamientos más amorosos hacia ellos mismos y hacia su entorno.
En las sesiones de Mindfulness hacemos además dinámicas lúdicas vinculadas a situaciones concretas de la vida cotidiana, meditaciones guiadas (la del plato de espaguetis suele tener mucho éxito), momentos de silencio, caminatas conscientes, qi gong, dibujo, baile, el “escáner corporal”, estiramientos, juegos y charlas sobre las cualidades, los valores, los límites.
También, y sobre todo, ¡nos divertimos!
¿Cuánto duran las sesiones y el programa?
Las sesiones semanales tienen una duración de 1h30 cada una.
El programa completo está diseñado para durar un total de 8 semanas, o sea 2 meses, tiempo que se ha demostrado suficiente para adquirir tanto nuevos hábitos como un compromiso de práctica.
Son 12 horas en total.
Durante los años que llevo trabajando con los niños, he comprobado que si ellos ven que algo les funciona, pues lo hacen y lo practican. Así que no hace falta “repetir curso”.
¿Estas sesiones son para niños de qué edad?
Están pensadas para niños a partir de los 7 años. Es la famosa “edad de la razón”, cuando los niños empiezan a tener la capacidad de pensar sobre sus pensamientos, de razonar sobre lo que han dicho o hecho. Son para niños de 7 a 12 años.
Después, pasamos al programa dirigido a adolescentes (12-18 años).
¿Qué precio tiene?
Para el programa completo de 2 meses, el precio global es de 185 euros.
Incluye el material (con audios de meditaciones), una entrevista personal previa y un seguimiento durante las 8 semanas.
¿Por qué el precio mensual es más alto que él de otra actividad?
Porque se trata de un precio global para las 8 semanas, y de un programa que dura solamente esto, 2 meses.
También porque prefiero grupos pequeños de unos 5 niños (7 como máximo) para que las sesiones sean de calidad, personalizadas y más beneficiosas.
Ya sé que suena a fórmula hecha, pero es una inversión para el presente y el futuro. Si hubiera tenido acceso a estas herramientas de niña, me hubiera ahorrado unos cuantos disgustos (¡y a mis padres, ni te cuento!) en la adolescencia.
¿Antes de llevar mis hijos a sesiones de Mindfulness contigo, nos podemos conocer en persona?
¡Por supuesto!
Es más, es necesario.
Puedes venir a una de las charlas que doy antes del inicio de cada programa.
Estas charlas las doy en el Espai Obert Empordà de Figueres, el lugar mismo donde realizamos las sesiones.
Si no puedes venir a la charla, llámame y nos ponemos de acuerdo para vernos en otro momento.
Luego, antes de confirmar la inscripción y empezar el programa, hago una entrevista personal con cada niña, cada niño, para conocerle un poco mejor, comprobar si el Mindfulness es la respuesta que necesita en este momento de su vida, y ver cómo enfocar las sesiones para su mayor beneficio.
Para saber cuándo empeiza la próxima tanda de sesiones, enviame un mensaje.