QI GONG EN ÀFRICA
Próximo destino: SenegalDel 30 de noviembre al 10 de diciembre de 2023
Conecta con tu naturaleza volcánica
Imaginando mis vacaciones ideales, me doy cuenta de que tienen 4 ingredientes imprescindibles:
tiempo
(¡adios prisas!)
descanso
espacio
silencio
Y algo de movimiento y de diversión, también.
Estos ingredientes me permiten desconectar, para (re)conectarme a mí misma.
Durante el año, y más si vives en una urbe, el torbellino de estímulos puede ser apasionante a la vez que agotador. Y llegas al verano con las baterías descargadas y una necesidad vital de naturaleza, calma, aire puro y ritmo tranquilo.
¿Cómo te vas a sentir si además de estar en un entorno así, aprovechas para ejercitar el cuerpo y apaciguar la mente?
Para dormir profundamente en un albergue de piedra y madera, en el típico pueblo de montaña de Picherande, de donde salen rutas de caminatas y esquí de fondo.
Para nutrirte de aire puro a 1.134 m de altitud y practicar Qi gong cada día.
En el Parque natural de los volcanes de Auvernia, al pie del Puy de Sancy.
Comiendo productos biológicos y locales.
Caminando en montañas y alrededor de lagos volcánicos nacidos dentro de maars (cráters) basálticos, acompañados por un guía local profesional.
Viviendo la fiesta de la genciana el 15 de agosto, con mercado, actividades variadas, danzas folclóricas.
Y perfeccionando o aprendiendo francés, para desconectar del todo de tu día a día.
Éstas son las vacaciones ideales
que quiero compartir contigo.
Imagina tus vacaciones de verano…
A 1.134 metros de altitud.
En el pueblo de Picherande.
En el corazón del Parque natural de los volcanes de Auvernia, Francia.
Allí, las noches son fresquitas y se duerme profundo en verano.
Al despertarnos en el albergue rústico, nos impacta el silencio. Empezamos el día haciendo qi gong en el prado de atrás (¡a veces en pyjama!), con las crestas del Puy du Sancy, Besse et Super Besse al horizonte.
Nuestra estancia está marcada por el ritmo de las campanas de las vacas de raza Salers, pelirrojas con el pelo rizado. Con su leche cruda se elaboran entre otros el Salers y el Cantal, quesos típicos de la zona, con una textura que deja un suave grano en la lengua. El Cantal es también el nombre del departamento vecino, donde vive mi familia.
Luego, cogemos fuerzas con el desayuno que nos tienen preparado Aude y Jean-Philippe, los dueños del albergue.
Mientras nos vestimos para salir a caminar, ellos nos preparan la cesta del picnic, con productos locales y biológicos.
Justo en este momento llega Gilles, nuestro guía para el día. De adolescentes, eramos vecinos. Nos habíamos perdido la pista, y nos volvimos a encontrar el año pasado, para la primera edición de este viaje. Está en forma, nos sonríe e intenta decir algunas palabras en castellano.
Nos ponemos en marcha.
En camino, Gilles nos da informaciones sobre el lugar y alguna que otra anécdota. En francés. Si no entiendes, no te preocupes, me encargo de traducir. Y si ya hablas francés, mejorarás un montón estando en inmersión total.
Caminaremos unas 3-4 horas cada día, con un nivel de dificultad bajo a medio. Te aconsejo prepararte para disfrutar aún más de las salidas.
Hacemos pequeñas pausas para disfrutar del silencio de las alturas, interrumpido por el zumbido de una abeja. Para dejar que nuestra vista abarque el horizonte verde y azul. Para escuchar el sonido de las campanas de las vacas, respirar con consciencia este aire puro y sentir que nutre cada célula de nuestro cuerpo.
Hacemos parada a la orilla del lago Chauvet o du Guéry, y más de uno pegará un grito al tocar esta agua volcánica. Sus temperaturas frescas, muy frescas, nos darán un chute de energía, ¡seguro!
La tarde de nuestra llegada, vamos a merendar una crep de trigo sarraceno con mermelada casera Chez la Jeanne, LA creperia de la zona.
El fin de semana, es la fiesta de la genciana, esta planta amarilla muy muy amarga con propiedades digestivas con la que se elabora un licor que se suele tomar para el vermut.
Participamos a la excursión “Al encuentro de un gentianaire”, llevada por un guía de Picherande. Aprendemos a arrancar la raíz de esta planta, descubrimos los productos del mercado, la bourrée, la danza típica de Auvernia, y otros ritmos al son del acordéon.
Por la noche, quizás participamos al dîner dansant, cena de productos locales amenizada por una orquesta. El año pasado se canceló y fuimos a cenar en un lugar muy típico. Nos sirvieron pollo a la genciana, cómo no…

Facilita: Valérie Espinasse
Soy originaria de Auvernia y, desde pequeña, caminar en sus paisajes me nutre cuerpo, mente y alma.
Allí encuentro paz y vitalidad.
Allí he aprendido la sencillez de las pequeñas cosas: acariciar piedras y rocas volcánicas, escuchar el susurro de los ríos y el silencio de la nieve, calentarme delante de un fuego…
Llevo ya 25 años de este lado de los Pirineos.
Soy profesora de Qi Gong para adultos y niños e instructora de Mindfulness para niños.
Después de años quieriendo compartir con otras personas la sensación de tener las mejillas rosadas después de una sesión de qi gong y una caminata en «mis» montañas, las circunstancias se dieron en el 2020.
Conocí a Aude et Jean-Philippe, que llevan el albergue de Picherande, y confié de seguida en esta pareja. No me defraudaron. Son de una amabilidad poco común, nos brindaron un trato exquisito y cocinan platos deliciosos.
Y con Gilles, mi vecino de la adolescencia que es ahora guía de montaña, el reencuentro fue muy natural, y no parecía que habían pasado 30 años desde nuestra última conversación.
precio: 420 euros
Incluye:
- Alojamiento (4 noches) en habitaciones compartidas de 7 camas. Hay 2 habitaciones reservadas sólo para nosotros.
- Todas las comidas del viernes 12 por la noche al martes 16 por la mañana, incluida la crep Chez la Jeanne.
- El picnic de mediodía del martes (para que tu vuelta a casa sea también una excursión).
- Sesiones diarias de Qi Gong.
- Caminatas diarias, 3 con guía local.
- Seguro de viaje (recomiendo que pidas además tu carnet internacional de la Seguridad social).
No incluye: - El viaje ida y vuelta entre tu lugar de residencia y Picherande.
- Los extras en el albergue (vino, infusiones, etc.).
- Las bebidas fuera de las comidas.