Te propongo un ejercicio de consciencia plena divertido, sencillo y eficiente para liberar la cabeza de l@s niñ@s, o la tuya, de preocupaciones.
Se puede hacer en casa o en tu clase, si eres docente.
Si no tienes hij@s, puedes hacerte una caja para ti. Tengo una en la entrada de mi casa. Cuando llego, suelo dejar las cosas que traigo de fuera en la caja. De seguida me siento más ligera!
Compra o, mejor aún, recicla, una cajita de cartón y decórala o invita a los niños a decorarla a su gusto.
Luego, pregúntales qué tiempo hace dentro de ellos: hay nubes? tormenta? Sol y cielo azul?
Si los niños dicen sentirse tristes, enfadados o si su cabeza está pensando mucho (los más pequeños no suelen entender la palabra “preocupaciones”), pídeles indicar en qué parte del cuerpo sienten esto. Si no saben, les puedes guiar apuntando partes del cuerpo, incluso partes divertidas como los talones, un dedo del pie, la punta de la nariz.
Una vez localizado el sentimiento, la sensación, en el cuerpo, lo sacamos con las manos y lo depositamos en la caja. La cerramos rápidamente, la sacudimos y, todos juntos, soplamos.
Increíble, ¡las preocupaciones han desaparecido!
Al igual que los dolores físicos o emocionales.
Suelo proponer este ejercicio al inicio de las sesiones de Mindfulness, para que así podamos disfrutar plenamente de este tiempo pasado juntos, sin preocupaciones.
Además, el hecho de soplar tiene un efecto calmante.
Así que cuando los niñ@s están agitados, invitáles a soplar varias veces.
El efecto mágico de la caja se acentuará. 😉
Lo ponemos en práctica en este vídeo…
Ejercicio adaptado del libro Tout est là, juste là de Jeanne Siaud-Facchin.