El jengibre, con su sabor picante, es un perfecto aliado de nuestros pulmones. Es por lo tanto ideal en otoño, así como en todas las épocas del año. Tiene numerosas propiedades, entre las cuales: antibacteriano, calienta el cuerpo, da energía y vitalidad. Está por lo tanto muy indicado en caso de resfriados, gripe, tos, etc.
Lo podemos tomar rayado en infusión con miel y limón, en los platos de verduras o los pasteles (cortados en trocitos o en polvo), confitado, bajo forma de caramelos. En África, hacen una bebida refrescante que llaman «ginger» y que va también genial para la garganta. ¡Dejáte sorprender por su agradable sabor picante!
Vamos a ver cómo se prepara el ginger.
Ingredientes:
300 gramos de raíces de jengibre
Azúcar al gusto (opcional)
30 cl de zumo de piña
El zumo de 1 limón
Preparación:
Pelar las raíces de jengibre y rayarlo. Dejarlo macerar unas horas (incluso mejor toda una noche) en agua tibia en un bol grande. Filtrar.
Puedes aprovechar el jengibre rallado y macerado para añadirlo a tus platos de verduras, tus sopas o tus pasteles.
Añadir más agua, el zumo de piña y de limón y, si lo deseas, azúcar, o miel. Poner en una botella y en la nevera si te apetece fresco, o simplemente a temperatura ambiente.
Listo. ¡A disfrutar!